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miércoles, 17 de octubre de 2012

DÍA A DÍA- Bélgica




  Día a Día - Bélgica







Mi mirada estaba al mismo cielo que cubre el mundo, tan sólo estaba más lejos de la aún calurosa Valencia. Fue la noche del 16 de Octubre, que presionaba mis manos en contacto con la nueva tierra Bruselas me recibía por segunda vez, me postraba con humildad ante la fría noche. 
En mi mente pasaba mi vida como una película, sentí en ese momento que ya no pertenecía a ninguna parte, me veía fuera de este mundo era una fuerza extraña que invadió todo mi ser. 
Fotografías de mi pequeña gran vida asomaban por los cristales de mis ojos.

Nunca supe con exactitud lo que vine a hacer en Bélgica, seguía mis instintos y las diversas señales que va recibiendo mi ser. Nunca imagine, ni mucho menos soné en viajar tanto. Cuando era niño y veía algún amigo que se iba a otro país, me llenaba de admiración ver como esa persona cambiaba su visión de todo. Me hacía preguntas ¿como será tratar a gente de otro país? "Debe ser bello ver una ciudad mas limpia, con gente más culta" Claro está, que deseaba eso para una Lima que en aquel entonces estaba muy pobre, con desorden, caos y el terrorismo interno que crecía como e cancer. Aún con eso considero que tuve una infancia bella. 

Hoy por hoy hablo, trato gente de todas partes, a pesar que el ingles aún me pasa factura. También se que podría viajar por todo el mundo.
Hoy atiendo el nuevo compromiso que he aceptado con todo amor, el proyecto "CEAH" Seguiré insistiendo en este proyecto por el resto de la vida que tengo por delante.

Esa noche conocí a un italiano afincado en Valencia, me contaba que estaba en Bruselas para una entrevista de empleo.

- En España poca cosa queda, todos estamos huyendo, se que me van a coger en ese empleo estoy seguro.-

El miraba a través de la ventanilla del avión, las luces de la ciudad se veían como una mancha amarilla parpadeante. Observaba en silencio a mi compañero de viaje, todos sus movimientos los integraba en mi ser, hace mucho que no me nacía hacer algo de ese tipo,pero lo hice encantado. 
Después descubrí que era artista, nada es casual me susurraba con amor. La fría noche y el frío asiento también me dijeron "Bien-venido Carlos" Dormí una hora, el bus que debía llevarme hasta la estación de trenes de Charleroi iniciaba la primera salida a las 5:30, lo cual estuve desde las 23:00 de la noche anterior. Estaba acostumbrado a adaptarme a casi todo escenario que la vida me ofrecía.
Estando en Bruselas aborde el tren equivocado y me llevaba sabe Dios donde. Pregunte y certifique mis pálpitos, baje y tuve que regresar nuevamente al punto de inicio. Subí al tren que finalmente me llevo hasta Brujas. Dentro del tren me senté en un asiento muy confortable con mesa, al lado tenia una gran ventana "que buena vista al campo" en ese estado de encantamiento se esfumo cuando pasó el controlador de billete con su particular uniforme y sombrero tieso; al ver el billete hizo una pausa:

- Perdone. Lo digo en ingles o en francés.-

-En ingles por favor.-  Respondí.

- El billete que usted tiene es de segunda clase y usted está en primera clase...-

Antes de que siga hablando; me incorporé, pedí disculpas, no sabía que estaba en primera clase, lo que si sabía que el billete era de segunda clase. Cogí la mochila cambie de vagón. Después de unos minutos iban apareciendo mas extranjeros igual de despistados que yo.
Brujas me recibió con la sonrisa de Inga; caminamos dirección al centro; ella me indicaba, mientras yo recordaba mi paso por esta ciudad años atrás.





Carlos Colonia B.
17 Oct. 2012