MEMORIA DEL SER
A medida que vamos creciendo en esta vida
recordamos pasajes de nuestra infancia. Hay cosas que olvidamos por completo,
por ejemplo el día en que nacemos, son pocos los que se acuerdan del
momento de su nacimiento.
Creo que la existencia del ser en la historia
de la humanidad es casi imposible de
calcular. Decir un siglo, una era o un año de creación, creo que solo sería una
especulación.
Siento que la existencia del ser como tal, se
origina o está desde la existencia del universo. Siempre ha estado viva como
una energía, que cumplió y cumple un proceso evolutivo. Por eso la vida del universo
es la propia vida del ser, después pasa por distintos estados hasta llegar a ocupar la carcasa humana.
Somos seres eternos
y en el estado del ser conocemos, tenemos toda la información del todo.
Somos la gran fuente de información del universo en servicio de este planeta.
En el estado eterno del ser llevamos un nombre que es nuestro sello eterno. Aquí en la tierra es que adoptamos un nombre temporal, tan temporal como nuestra propia carcasa perfecta llamada cuerpo humano.
En el estado eterno del ser llevamos un nombre que es nuestro sello eterno. Aquí en la tierra es que adoptamos un nombre temporal, tan temporal como nuestra propia carcasa perfecta llamada cuerpo humano.
El ser durante millones de años ha estado
y sigue transformándose. Ocurre lo mismo
con el planeta tierra, ocurre lo mismo con nosotros, nos vamos transformando de
bebés a niños hasta completar nuestro ciclo en esta vida. Esos cambios son
inevitables, pues en el universo ocurre lo mismo.
Así como ocurren cambios físicos en nosotros,
internamente van ocurriendo una serie de acontecimientos que dictaran el rumbo
de nuestra vida. Es como una voz interna que la llevamos desde siempre, eso nos
hace ser tan especiales. Por ejemplo cuando somos bebés, creo que no existe
bebé que no sea atrayente para un adulto. Un bebé es capaz de meternos en su universo sin pronunciar ni una
sola palabra. Entonces porque cuando somos
adultos hay tantas diferencias. Diferencias de todo tipo, tanto así que puede
desencadenar en guerras y una serie actos que solo es capaz de dirigir la mente
humana. Acabo de nombrar la mente humana. Así es, la mente somete a lo humano y
lo aleja cada vez más del ser. Lo aleja de esa pureza que solo gozamos en
nuestra niñez. ¿Porque no podemos recuperar esa esencia? Simplemente por una
serie de hábitos que nos ha dado la sociedad
a través de nuestros padres y luego cuando somos mayores lo vemos en
carne viva y por un instinto de supervivencia “animal” entramos en el círculo
de la manada. En ese camino de manada, hay muchos que despiertan y dicen:
-¿Esto es la vida?-
Los que despiertan son muchos pero los que
pasan a la acción pocos. ¿Saben porque? por el “bendito” miedo y el “comodismo”
“más vale malo conocido que bueno por conocer”
La parte que decide pasar a la acción, ingresa
directamente en el vacío absoluto de la transformación y reconocimiento de su ser, ese
ser que siempre estuvo allí dormido. En ese viaje de reconocimiento ven como
una película la vida que eligieron llevar. Cuando ingresan en ese estado lo ven
todo muy claro. Tan claro que pueden recordar pasajes inimaginables de esta
vida y la importancia de su estancia en esta tierra. Es el momento donde
realmente el individuo se hace dueño de manera transparente de su vida. Se compromete a seguir las señales del corazón a través de
la luz.
“La verdadera religión es la de las buenas
obras, no la del culto”
(H. Pestalozzi)
Carlos Colonia B.
29-Agosto-2013