¿EL CAMINO ESTÁ PERDIDO?
Nunca nada está perdido aunque las fuerzas te falten
y veas pocos resultados.
Nunca estas perdido en el camino, solo andas distraído.
No niegues lo que sientes, no te hará menos decir lo que
sientes, al contrario te hace mas fuerte.
Celebra con
humildad tu logros, no importa cuan grande o tan pequeño sea,
lo pequeño para
muchos puede ser lo más grande para ti, eso es lo que importa.
Cuando una persona
llega a una montaña grande, cuando está en la cima, disfrutará el
paisaje, luego mirará al horizonte y se
dará cuenta que aquella montaña que subió con
tanto esfuerzo es solo el principio del largo camino. Aceptará el camino con humildad.
Aquel observará desde arriba a otros que van haciendo el
mismo camino. Ellos, los que están subiendo no podrán ver al que arriba está.
El de arriba
intentará ayudar pero los de abajo no lo podrán oír. El de arriba hace
señales con sus brazos, indicando el camino.
Un caminante el más fuerte físicamente lo logra ver, ve las señales que hace el de arriba, piensa.
“Me quiere tomar el pelo y burlarse de mi, no lo
conseguirá”
Aquel fortachón hombre esquiva la mirada y entra en un camino boscoso.
“Aprendizaje”
Luego de tantos intentos fallidos y de intentar subir por
acantilados peligrosos, el fortachón regresa al lugar donde vio al de arriba,
pero este ya no está. Se lamenta al perder una oportunidad.
Rompe a llorar como
un niño durante tres días seguidos,
durante los tres días le invade el miedo, se lamenta de su suerte,
piensa en regresar. La soledad y el desamparo carcomen sus pensamientos. Al
termino de los tres días, con los ojos hinchados del llanto manchado de arena y
lagrimas, divisa a lo lejos entre las montañas una luz que empaña su visión. Se incorpora lentamente,
el silencio parece hablarle. Por primera vez en sus 33 años de vida, mira la
salida del sol entre las montañas, siente el calor tibio del astro. Algo se
transformó en él aquella mañana.
Admira la maravilla de la luz y se pregunta.
¿Cómo es que antes no pude ver todo esto?
Se arrodilla con una sonrisa optimista, una lagrima enjuaga la arena de su rostro,
marcando un surco limpio que se difumina en el cuello. Coge una piedra, la
reconoce. Por primera vez se da cuenta que la piedra tiene una serie de matices
y colores. Coge mas piedras las lleva hacia el pecho, la alegría se apodera de
él. El fortachón hombre, gira sobre su eje descubriendo algo tan simple para
muchos, pero en ese instante para aquel hombre era todo. Coge un puñado de
arena, la deja escurrir al aire, el gozo lo invade. Rápidamente abre la mochila y hace una
selección y lleva solo lo que necesita. Envuelve las cosas en una toalla y deja
una nota.
“Hoy llevo lo
necesario para este camino… lleva lo necesario de esta bolsa”
Levantó su equipaje y se puso en marcha hacia la cima. En
ese estado mientras caminaba escuchaba los latidos de su corazón, el sonido de
sus pasos, el murmullo del viento que hacia bailar los bellos del brazo. Estaba
con el todo, porque comprendió que el era parte del todo.
“La montaña más elevada existe en tu ser, esa montaña ya
lo estuviste subiendo miles de veces.”
El fortachón, llegó al fin a la cima de la montaña. Desde
arriba miraba a los otros como hormigas intentando subir. Por un instante
tuvo el impulso de hacer señales para ayudar a los que buscaban el camino, pero
comprendió que la cima es la misma para todos, el camino es único para cada ser
humano.
Levantó los brazos en agradecimiento, el sol pintaba diversos colores como la paleta del
pintor, el viento limpiaba todo su ser. Se quito el calzado y se aferro a ala
tierra. Había comprendido que la misma tierra y todo lo que tocaba era temporal
y que nada le pertenecía. Dio las gracias a
la cima de la montaña por sostener sus pasos.
“Que grande es todo, que pequeño soy ante tan magnifica creación.”
Exclamaba.
comprendió también que a cima de aquella montaña tan solo
era el inicio del verdadero viaje. Recordó que hubo un tiempo donde se quedo mirando desde abajo, Otras veces ni
se asomo por miedo a lo desconocido.
“lo que hagas hoy es lo único que te garantiza el mañana.”
En este camino recordó que había dejado a seres que amaba o que simplemente creo una
dependencia emocional o física.
“Amo a la familia que escogí al nacer, también amo el
camino que me tocó hacer. Este camino no podría hacerlo jamas con las personas
que amo, porque ellas y ellos en algún momento tendrán que hacer lo mismo. La
verdadera libertad del amor es la que
deja ser en la individualidad”
Recordó que hizo una búsqueda inútil y a su
vez útil en su vida. El había integrado grupos de toda clase para aportar un
bien a la sociedad. Integró grupos que luchan por la paz y demás grupos.
“Si realmente deseo la paz, porque empleamos la palabra LUCHAR
por la paz. ¿Nos estamos enfrentando para lograr la paz?
Si realmente quiero la paz de la humanidad, necesito
encontrar mi paz, solo entonces dejará de ser una lucha. Luchamos por la naturaleza, por la tala indiscriminada
de arboles, luchamos contra el maltrato animal. Ante eso podría afirmar que la
vida es una lucha. ¿Lo es realmente? Venimos al mundo a luchar o venimos a ser y a estar.
Elijo desde hoy no luchar mas por mi vida. Elijo ser yo en
su totalidad para estar y dar las mejores semillas que expandiré por el mundo.
De esas semillas brotaran los frutos necesarios para continuar el ciclo de la
vida y la preservación del verdadero ser humano.”
El fortachón hombre, continuo caminando durante años por
desiertos, bosques, ciudades. Compartiendo en la acción de forma silenciosa
todo lo que iba aprendiendo de los lugares que visitaba. Construyo escuelas,
ayudo a la tecnificación de cultivos, fue profesor de escuela con una
dedicación con un amor digno de un verdadero ser humano. Siempre exclamaba.
“He leído algunos libros en mi vida, he ido a la escuela
porque así lo dictaba la sociedad. Nunca pisé una universidad para estudiar una
profesión. Hoy siento que tengo todas las profesiones del mundo, sin llevarme
ninguna al lecho de mi muerte.”
Carlos Colonia B.
11 octubre 2013